domingo, 9 de diciembre de 2007

debajo de la piel


Ese amor, hoy, me suena como una voz muy grave, casi imposible. Pasó por territorios concéntricos pero se dispersó. Ahora anda atomizado, disuelto, esparcido, por cualquier camino.
Lo veo como a la luz de las velas, lleno de claroscuros. Huele a albahaca, a tierra, a vino tinto. En los dedos es áspero y seco, como la madera sin lustrar. Fue un amor de perro callejero.
R

No hay comentarios: