viernes, 5 de septiembre de 2008

hacia dentro














Es irracional, inexplicable y bello: Marruecos resuena en mí como un grito tribal que me convoca.

Me conmuevo y me inundo de placidez cuando me recuerdo estando entre gentes del desierto.

No sé por qué. Sólo siento.


R

3 comentarios:

Alejandro Quereda dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Alejandro Quereda dijo...

Los pequeños detalles son los que nos llenan de vida, cierto árbol en un lugar, un pequeño pueblo, una ciudad...


Felicidades por el blog, te seguiré de cerca.

verborrea dijo...

Y yo te dije, te brillan los ojos cuando hablas del desierto.